Matías Criado

respuestas a preguntas frecuentes sobre paternidades

1️⃣ No hay un único modelo de paternidad

Cada familia es diferente, y no existe una única forma “correcta” de ser padre. Pero sí es fundamental construir un vínculo basado en el amor y la presencia. Muchas veces buscamos encajar en una imagen idealizada de paternidad pero te invito a descubrir tu propia manera de estar disponible y presente. Tu rol no es accesorio ni secundario, sino central en la vida de tu hijo/a.

No se trata de colaborar con la madre, sino de asumir un rol activo en la crianza y en todas las tareas del cuidado. Cambiar pañales, preparar comida, acompañar en el sueño o en momentos difíciles no son “ayudas”, sino responsabilidades compartidas. La paternidad no debería ser opcional ni delegable, sino un compromiso cotidiano que va más allá del tiempo libre o las ganas.

Podés involucrarte emocionalmente desde el embarazo, informarte y participar. Hablarle a tu bebé en la panza, informarte sobre la gestación y ser parte de las consultas médicas ayudan a fortalecer la conexión desde el inicio. Cuando nace, no hay que esperar “a que crezca” para ser un padre presente: el contacto piel a piel, el sostén emocional y la disponibilidad afectiva son esenciales desde el primer día.

La ternura, la paciencia y el afecto no te hacen menos hombre. Aprender a cuidar también es parte de una nueva manera de vivir la masculinidad. Históricamente, nos enseñaron que ser hombre implicaba ser fuerte y distante, pero en la paternidad descubrimos que el verdadero poder está en el amor y en la entrega. Criar con afecto y compromiso no solo fortalece el vínculo con tu hijo/a, sino que también contribuye a cambiar la cultura de la crianza.

No todo es felicidad: la llegada de un hijo/a transforma la pareja, la rutina y la identidad. Es normal sentir dudas, miedo y agotamiento. Nadie nace sabiendo ser padre, y muchas veces el desafío más grande es aprender a aceptar que no podemos controlarlo todo. Reconocer las emociones propias y pedir ayuda cuando sea necesario es una señal de responsabilidad y madurez, no de debilidad.

No hay padres sin errores. Lo importante es ser accesible, mostrar amor y reparar cuando te equivoques. A veces fallarás en el tono, en la paciencia o en la respuesta, pero lo que marca la diferencia es tu capacidad de reconocer esos errores y aprender de ello. La paternidad no se mide por la perfección, sino por el compromiso de estar y sostener incluso en los momentos difíciles.

Jugar con tu hijo/a no solo es entretenido, sino una manera fundamental de fortalecer el vínculo, enseñar valores y conocer su mundo. A través del juego, los niños expresan emociones, desarrollan confianza y crean recuerdos afectivos que los acompañarán toda la vida. No importa el tipo de juego (físico, simbólico o creativo), lo importante es que sea un espacio de disfrute compartido donde tu presencia sea genuina.

La salud mental y emocional de los padres importa. Tener una red de apoyo y momentos para uno mismo no es egoísmo, es necesario. La paternidad implica entrega, pero también equilibrio: un padre agotado, estresado o desconectado difícilmente podrá estar disponible para su hijo/a de la mejor manera. Por eso ofrezco espacios para conversar, descansar y procesar las propias emociones es parte del camino de ser un buen padre.