Soy Matías Criado, psicólogo, papá y desde pequeño tengo la vocación de cuidado y de escucha en otras personas. Las decisiones que tomé siempre fueron en esa dirección: trabajé de niñero durante mi adolescencia, me dediqué a acompañar a niños y adolescentes en una organización religiosa, me gradué de psicólogo en la universidad y trabajo con niñes con discapacidad desde el momento en que me recibí. Nunca creí que hubiera algo que me moviera tanto el piso como convertirme en padre.

Cuando nació mi hija Cata, muy deseada por mí y mi pareja, tardé en darme cuenta de mi nueva realidad como papá: vivir con alguien que demanda un amor tan particular era algo completamente novedoso. Al principio creí que era cuestión “de acostumbrarse” con el tiempo o “de adaptarse entre los 3”, como me decían familiares y amistades, pero en el camino me encontré con que no hay vuelta atrás.

Me encontré reconstruyendome, viviendo una crisis de pareja, de identidad laboral, pero al mismo tiempo me sentía super feliz de la relación y lo que crecíamos juntos con mi hija. Cuando busqué algo de ayuda para mí, encontré muy poca disponibilidad al respecto. Busqué juntarme y compartir con otros padres, pero casi todos padecían su realidad. Me dí cuenta que la paternidad era algo que pocos hombres lograban disfrutar y que no había nadie ayudando a esos padres a revertir su situación.

Entonces me propuse brindar posibilidades. Comencé a interiorizarme más, especializarme desde la psicología, buscar experiencias de otros padres y lentamente fui creando redes y entendiendo cada vez más qué significa ser padre. Esto despertó en mí una pasión, un sentido, para acompañar y trabajar sobre un elemento tan fundamental para el cambio en la sociedad y en la familia.

Hoy, junto a Carolina, estoy viviendo mi paternidad con mis hijos y un par de mascotas.